En su continuo crecimientoSu estratégica situación geográfica, al pie de las últimas estribaciones de la sierra de Espadán, han permitido y facilitado el establecimiento de la población desde la Prehistoria. Durante los períodos ibérico, prerromano e íberorromano, la población de la villa sufrió una considerable expansión, como demuestra el conjunto de restos arqueológicos existentes en la Punta d´Orleyl y otros lugares de la localidad. En tiempos romanos, la Vall es colonizada.
Hoy en día, han aparecido dentro de la actual ciudad restos arqueológicos de los diferentes pueblos que habitaron la zona, como una necrópolis hispano-visigoda de los siglos vi y vii d.C y multitud de vestigios de época islámica y cristiana. Tras la conquista árabe, se establecieron unas doce alquerías alrededor del río Belcaire. Seis de ellas, Alcúdia, Zeneja, Benigafull, Benizahat, Zeneta y Benigasló, se ubicaban en lo que hoy es la actual ciudad.
En 1860 se unificaron ambos, quedando un espacio abierto entre ellos que dio lugar también a una fuerte inmigración, sobre todo tras la Guerra Civil. Causa de ello fue la industrialización de la antigua artesanía del calzado, predominante hasta el comienzo de los años 90.
Gran patrimonio históricoEn la calle de Nuestra Señora de la Asunción, en el interior del casco urbano, podemos encontrar uno de los interesantes vestigios históricos que guarda la Vall; se trata de la torre de Benizahat, del siglo XII.
También son interesantes los diferentes acueductos que cruzan el río Belcaire, situados al final del casco urbano, como el de Sant Josep y l´Alcúdia, construidos en época romana y utilizados hasta mediados del presente siglo, o el medieval de l´Arquet. Los alrededores de este conjunto de acueductos han sido convertidos en zonas de esparcimiento.
Pueblos que dejaron huellaOtros lugares de interés son, por un lado, el poblado íberorromano de Sant Josep. Está situado en el paraje del mismo nombre, junto a la ermita de la Sagrada Familia. Su origen data de la Edad del Bronce, y adquirió su mayor esplendor en época íbera. Conservando su forma actual. Otro momento de auge lo vivió durante los siglos iv y v d.C. El poblado está formado por una muralla, torres, casas y un trazado urbanístico. De interés son también poblados como la ciudad íbera de la Punta del Orleyl y la necrópolis hispano-visigoda.
Patrimonio naturalEl paraje de Sant Josep destaca por la cueva natural sobre el río subterráneo navegable más largo de Europa. Otros parajes de interés son el Font de l´Anohueret, con una zona de picnic junto a la fuente y excelentes vistas de toda la Plana, y el de la Muntanyeta de Sant Antoni, junto a la ermita del mismo nombre.
Pueblo festivoCelebran sus fiestas patronales en abril y octubre. Las primeras, dedicadas a San Vicente Ferrer, donde destaca la famosa Feria Agrícola, de Maquinaria y Comercial que atrae a visitantes de toda la provincia; las segundas están dedicadas a la Sagrada Familia y al Santísimo Cristo. Ambas combinan la tradición taurina de bous al carrer con el sentimiento religioso que dio origen a las mismas.
Cocina típicaEntre los platos típicos de esta localidad de la Plana merece especial atención, como no, el empedrao, comida por excelencia de cazadores y que se guisa con carne de cerdo, arroz, alubias trituradas y carne de caza (liebre y conejo), así como la internacionalmente conocida paella valenciana en todas sus variantes.
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